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Luis Castañeda Lossio

Publicado: 2015-01-06


La primera renegada del año. El mudo strikes again. La cultura de la bestialidad se vuelve a imponer. Como prometí no renegar (tanto) este año, trataré de descargar toda mi furia sobre este cyberpapelito y luego iré al malecón a hacer yoga y a sentirme muy cool.

Al respecto de la última noticia acerca de los despidos municipales, debo dar mi opinión o sino reviento (como diría una gran canción). 

Luis Castañeda Lossio no ha inaugurado el año dándole la razón a quienes votaron por él, no ha pretendido dar un golpe político a sus adversarios, no ha condecorado a ninguna empresa de transporte asesina ni tampoco ha borrado de un tachón o botado a la basura las obras de su antecesora (aunque sí la calumnió con roche hace unos poquitos días, pero de eso no hablamos porque era feriado). Todo lo que ha hecho Luis Castañeda Lossio es... pues… virtualmente lo que ha venido haciendo durante sus gestiones anteriores: literalmente, lo que le da la gana.

Luis Castañeda Lossio es un limeño que se respeta. Es un hombre de pocas palabras, se toma su metropolitano para ir todos los días a trabajar con empeño por sus ciudadanos, es un pata que entiende realmente a la población, que hace obra, que roba pero hace, que baja con pie derecho y que siempre tiene su sencillo.

Luis Castañeda Lossio es la imagen caricaturizada y grotesca de todo lo que (decimos que) odiamos de nuestra sociedad. Es ese taxista que te mete el carro y cuando le reclamas, lejos de disculparse te manda a la concha de tu madre, es esa vieja de mierda que le grita a todos los que están fuera de su carro como sirvientes porque ella es la dueña y señora del mundo, es todos esos pirañitas que te tiraron al piso, te manosearon, te robaron, te pegaron pero ahora están mejor gracias a la palabra del señor y mejor dame plata porque si no vuelvo a robar ahorita mismo, es ese conchuchazo que acaba de llegar a la cola del Metropolitano, esa en la que estás parado hace 23 minutos y se mete a codazos y empujones dejándote relegado y con una bola de fuego en la boca del estómago, es ese viejo pituco con el carrazo del año que se estaciona un ratito nomás en zona de discapacitados o ese cobrador que se termina de un sorbo su gaseosa caliente y tira con desparpajo la botella vacía a la vía pública.

Luis Castañeda Lossio no es lo peor que tiene Lima. No es más que un hombre cumpliendo un rol que le viene perfecto porque, admitámoslo, es un ser despreciable, pero finalmente, un malparidito más hijo de la cultura del criollismo tan seductora como miserable que reina en esta bella ciudad. No, Luis Castañeda Lossio no es lo peor que tiene Lima, lo peor, desde mi punto de vista, es toda esa población de limeñitos cool, súper progre, re industrializados, ultramegainformados, patazas de Aldo Mariátegui y defensores de la ley pulpín que continúan perpetuamente apoyando desde sus trincheras de mediocridad ideológica todo cuánto va en contra de una cultura política alternativa, que si bien puede ser cándida e inexperta aún, propone justamente salir de esa estructura que todos detestamos.

Luis Castañeda Lossio no siente vergüenza de dejar en la calle a más de 3mil personas. La vergüenza es de todos nosotros, no de él. ¿Manyas esa vergüenza que sientes cuando tus amigas del club están a punto de enterarse de que tu marido hace rato tiene otra familia? ¿O esa que te deja congelado cada vez que te imaginas si el mundo supiera que debajo de ese cuerpazo y esa elegancia, cuando estás un poquito borracho muerdes la almohada? Ya mira, esa misma vergüenza deberías sentir al publicar en tu Facebook que Villarán ha sido una mala alcaldesa (la peor dijiste, creo) y luego quedarte calladito cuando vez que este tipo de cosas pasan en tus narices. Esa rabia que sientes cuando eres testigo de una injusticia macabra y no puedes hacer nada para evitarlo, como un accidente de tráfico cuyo responsable se da a la fuga, esa mismita rabia siente pues cuando te das cuenta por fin que tu gran alcalde, tal vez no escogido por ti pero triunfador por ti, vive y come de todo nuestro trabajo y cada noche antes de dormirse, entra a internet, lee tu tweet y piensa –je,je,je limeño huevón–.


Escrito por

Chichi

No sé nada de mucho pero sí sé mucho de nada. Un poco de meditaciones, opiniones y renegadas acerca del pan con mango.


Publicado en

Perú diverso

Algunos alcances, meditaciones y opiniones acerca del rico Perú, su intimidante diversidad y los retos que se nos vienen.